sábado, 2 de abril de 2011

El Carácter Forma la Responsabilidad

Desarrolle el carácter en sus hijos al inculcarles las características que usted valora. La compasión, honestidad, autodisciplina, buen juicio, coraje y el respeto por sí mismo, son buenos ejemplos.
A continuación algunos ejemplos que le pueden ser de utilidad:
Compasión. Pídale a su hijo que considere las emociones de los demás. Por ejemplo pregúntele: ¿Cómo crees que se sintió María cuando la ignoraste?”
Honestidad. Si su hijo miente, como la mayoría suele hacerlo, explíquele que es mejor ser sincero. Demuéstrele cuan orgulloso se siente usted al ver que se anima a decir la verdad, por más difícil que sea.
Auto disciplina. Hable con su hijo sobre sus objetivos y las medidas que puede tomar para lograrlos. Ayúdele a desarrollar rutinas, como estudiar siempre a la misma hora. Haláguelo por su progreso.
Buen juicio. Ayúdele a su hijo a considerar sus decisiones. Por ejemplo, cuestiónele: “¿Cuáles podrían ser las consecuencias de esa decisión?”
Coraje. Esto no quiere decir que tenga que hacer algo que arriesgue su seguridad, si no, más bien algo que ponga a prueba sus principios.
Respeto por sí mismo. Motive a su hijo para que se sienta bien con sus propios esfuerzos. Por ejemplo, “el otro equipo ganó de una manera justa, pero es un orgullo la manera como te esforzaste.”
Los Valores son importante para formar hijos responsables, ayúdele a su hijo a que sea una perdona de carácter.
Fuente: Kenneth Madriz, Juventud Online

sábado, 26 de marzo de 2011

NIÑOS CON CARA DE ADULTOS

Recientemente, mientra montaba bicicleta hacia mi destino, pasé este parque.  Al pasar oí esta voz masculina.  Un hombre intentaba entrenar a su perro cachorro.  Con una voz clara, fuerte, pero al mismo tiempo tierna, le enseñaba a su perro a sentarse y el perro lo hacía.  Con su correa puesta, caminaban unos cuantos pasos y repetían el proceso.  Elogiaba a su perro y podía ver que el perrito estaba muy contento.  El hombre le enseñaba al perro que podía ser más.
Le enseñó al perro enfoque, disciplina y estructura.  Lo que me impresionó fue que se tomó el tiempo… se tomó el tiempo.  Al seguir mi camino, reflexioné en lo que había presenciado.  Pensando en cómo él tomó tiempo; estuvo allí.  Le estaba sacando el máximo al perro.  Cuán afortunado era ese perro.

¿Cuán a menudo sacamos tiempo para enseñar a nuestros hijos?  Constantemente escuchamos “Estoy tan ocupado, siento que siempre estoy corriendo, estoy estresado”.  Nuestro mundo moderno está tan inundado con mercadeo y publicidad con una y solo una meta.  Y esta es hacer al producto tan atractivo que el consumidor sienta una necesidad ó deseo de poseerlo para sentirse satisfecho o popular.
Niños y adolescentes necesitan comprender la poderosa atracción que el mercadeo puede crear.  Necesitan aprender a diferenciar entre lo que realmente necesitan y lo que quieren.  Necesitamos enseñar a nuestros hijos que la publicidad existe para que la gente haga dinero.  Y debido a eso, los publicistas utilizan métodos poderosos para convencer al consumidor a comprar sus productos.  Necesitamos enseñar a nuestros hijos cómo los medios necesitan publicidad paga para permanecer en el aire o continuar publicitando.  Necesitamos mostrarles cómo la publicidad puede hacer que la gente quiera algo que realmente no necesitan.
Deberíamos discutir esto cuando nosotros o nuestros seres queridos somos confrontados por anuncios comerciales ya sea en la televisión, la radio, en periódicos, revistas o vallas.

Debíamos discutir cómo la publicidad intenta hacernos sentir mejor acerca de nosotros mismos si adquirimos un cierto producto, ó convencernos de que les caeremos mejor a los demás o que pensarán que estamos “en la onda”.  Deberíamos explicarles que comprar no debe ser visto como un pasatiempo divertido sino más bien como algo que la gente hace para adquirir cosas que necesita.  Expliquémosles la diferencia entre necesitar y querer.

Ayudemos a nuestros hijos a observar cuántas veces al día son expuestas las familias a la publicidad.  Por ejemplo, hay anuncios a ambos lados de los buses, en los coliseos, en la radio y televisión, en vallas, en los cines y en la Internet.  Que cuando una estación de televisión o de radio nos dice visitemos sus sitios en Facebook, lo hacen tan sólo para crear “visitas” a su sitio que les ayuden a aumentar sus ingresos por anuncios futuros de otras compañías.
Mostrémosles que la publicidad intenta crear una imagen de lo que una persona debiera ser o verse y sin embargo, a menudo, esta imagen no refleja la realidad.

Aquí está lo alarmante… ¿sabemos la diferencia?  Volvemos a “Estoy ocupado, siento que siempre estoy corriendo, estoy estresado”.  En la mayoría de las parejas, ambos trabajan a tiempo complete (la rata de divorcio está elevándose a niveles record… crianza por turno).  Están abrumados.  Abrumados mayormente para pagar sus hipotecas.  Pagar por las “cosas” en sus casas.  Pagar por sus vehículos.  Pagar por su ropa (verse popular).  Mayormente, no comprendemos los valores subyacentes.  ¡Somos sólo niños con rostro de adultos!
Miles Patrick Yohnke, copyright 2011
Fuente: www.AsAManThinketh.net
La reflexión de hoy me parece sumamente interesante y edificante.  No se trata de un ataque contra los medios publicitarios sino más bien una llamada de atención a la realidad en que estos se mueven y las motivaciones que les impelen a actuar de la manera que lo hacen.  La reflexión nos presenta con el desafío que, como padres (y eso incluye a todos los que, como adultos podemos influir en la vida de los más pequeños) tenemos de instruir a nuestros hijos en un camino sobrio y equilibrado, ahorrándoles caer en la vorágine de una vida de consumo.  Por desgracia, es probable que quienes debiésemos enseñar a nuestros hijos, seamos, como concluye el autor de la reflexión, “niños con rostro de adultos”.  Despertemos a la realidad y vivamos y enseñemos a vivir vidas balanceadas para la gloria de Dios.  Adelante y que Dios les continúe bendiciendo.
Raúl Irigoyen

El Pensamiento Del Capellán.

jueves, 10 de marzo de 2011

LA VIDA EJEMPLAR

Todos somos o buenos ejemplos o malos ejemplos. ¿Que clase de ejemplo eres tú?
¿Que de nuestro ejemplo como esposos y padres? Cuando hablamos o actuamos de forma severa con nuestras esposas, a veces en presencia de nuestros hijos, se nos olvida que algún día nuestros hijos también serán padres y esposos. Ellos entonces pueden actuar de la misma manera que nosotros, o incluso peor. Seres en parte culpables por el ejemplo malo que les hemos dado.
¿Qué de nuestra respuesta para con nuestros hijos? En algunas ocasiones ellos hacen cosas que realmente nos irritan. Si nos enojamos y decimos cosas desagradables e incluso los disciplinamos en ese estado de ánimo, ¿ qué clase de ejemplo es ése?
¿Qué tal en nuestro centro de trabajo, en el aula o lejos de Mamá y Papá? Cuando el obispo o el pastor no están presentes, ¿qué clase de ejemplo les damos a los que nos rodean?
¿Puede el mundo ver a Jesús cuando se fija en nuestras vidas? ¿Somos fieles en nuestra lucha espiritual: en palabras y hechos, fe y amor?
Mark Meighn, Junto a Aguas de Reposo.
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12